El Grupo JCET es un importante proveedor de la industria de tecnología y sistemas integrados, que ofrece servicios llave en mano que incluyen diseño, definición de paquetes de semiconductores, I+D y suministro mundial de elementos básicos técnicos.
Electrodomésticos, comunicaciones, ordenadores, automoción, industria: el espectro de aplicaciones de semiconductores abarca importantes áreas de aplicación. Por ello, la marca es considerada líder en abastecimiento y se esfuerza al máximo para brindar materiales de calidad a los clientes.
A mediados de diciembre, la empresa anunció el lanzamiento de un nuevo logotipo. El nuevo aspecto permitirá que la marca se desarrolle a un nivel superior, aumentando el interés de la audiencia y los socios.
En la nueva identidad no se toca tanto el lado estético, sino la base filosófica. Una serie de detalles de diseño reflejan la visión y las ambiciones de la empresa.
Hablando sobre el nuevo logotipo, se debe tener en cuenta que se trata de una variante tipográfica, que al principio parece monótona, pero al examinarla más de cerca, queda claro cuán inusual y variada es.
Cada letra del nombre tiene su propio sabor. La mayor parte del logotipo tiene un tinte azul oscuro.
La letra J tiene una forma rectangular en el espacio y la forma de la letra en sí parece un gancho minimalista. La letra C está asociada con E, pero al mismo tiempo parte de la E en el cruce tiene un elemento cuadrado faltante. Se trata de una referencia al microcircuito, una apuesta por la tecnología y la fabricación. Parece que las letras deberían complementarse, pero no están completamente conectadas.
La T tiene un degradado en las barras verticales y horizontales, con un tinte rosado en la parte superior y un tinte azul en la parte inferior.
El degradado de color de la «T» es un reflejo artístico de la oblea de silicio que explica la tendencia de la empresa hacia la fabricación de semiconductores. El gradiente demuestra que JCET puede impulsar la industria, cambiar, transformar en función de los desafíos actuales y utilizar sus recursos para ampliar su alcance.
En general, el logotipo se ve correcto desde el punto de vista de la composición, las formas son correctas y, por lo tanto, individuales. Esta solución visual ayuda a resolver varias tareas de la marca: aumentar el conocimiento, volverse más moderno y tecnológico, visualizar el tipo de negocio de la empresa y fidelizar al público objetivo a través de la selección de colores.