Ubicada en el corazón de Londres, la Courtauld Gallery decidió cambiar su identidad visual. La revisión de los propios objetivos en las nuevas condiciones modernas, el establecimiento de la tarea principal: hacer que el arte sea accesible para todos, se convirtió en la razón para cambiar la propia visualización. Esta decisión también estuvo influenciada por una característica importante de la galería: pertenecer a una institución educativa: el colegio de la Universidad de Londres, que se especializa en el estudio de la historia del arte. El deseo de transmitir a las masas los conocimientos adquiridos, de despertar un profundo interés por el arte mismo, como tal, requería cambios en la presentación misma de la marca. Su compromiso con la filosofía de One Courtauld quedó reflejado en el nuevo posicionamiento de la propia galería y de su web. Teniendo en cuenta que el museo resuelve 2 tareas principales: brindar educación y una visita informativa, los diseñadores de Spy Studio llevaron a cabo una inmersión completa en el mundo del arte en el que vive y trabaja la Galería Courtauld.
Esta división de direcciones de una institución ha llevado a cierta confusión histórica en la definición de una marca. Se suponía que los cambios resolverían este problema al reunir todo en una sola identidad, mientras se desarrollaba el espacio visual de tal manera que ayudaría a su propietario a destacarse favorablemente. El nuevo logotipo es una marca denominativa claramente definida en su propio espacio gráfico. El estilo resuena con éxito con la imagen de una estructura de piedra arenisca, y las letras mismas se asemejan a su ejecución manuscrita. De esta manera, se transmitió con precisión la atmósfera de intersección y superposición de la historia con un reflejo contemporáneo del arte. Para proporcionar un acento de contraste al escribir el logotipo, se utilizó una fuente como GT America. El uso de un estilo condensado y la audacia en el uso de las medidas aseguraron la practicidad de la transferencia de títulos académicos. Al mismo tiempo, esta tipografía se transmite muy bien, tanto al usar tipografía como digitalmente.
Una paleta de colores bien pensada también proporciona una transmisión visual e informativa de alta calidad del concepto principal de la marca. Se ha convertido en el elemento más importante para transmitir las características y la individualidad del museo. Una gran selección de tonos y soluciones de colores vibrantes crea un espacio de color cohesivo y armonioso que funciona bien con imágenes de una nueva identidad. A su vez, esta decisión contribuye al máximo impacto requerido en el espectador. Fue el color el que logró resolver el problema de mezclar direcciones, creando una atmósfera de su unidad, centrándose en las características individuales de cada uno de ellos.