La especificidad de las actividades de la Fundación Alfred Landecker tiene como objetivo proteger y fortalecer los derechos y libertades democráticos. Brinda apoyo a instituciones liberales que resisten las ideas del nacionalismo, el populismo, el antisemitismo, el racismo y otras manifestaciones negativas similares en la sociedad. En general, estas tendencias son destructivas para la sociedad: no unen a las personas, sino que las dividen, aumentan el odio hacia determinadas personas e infringen los derechos de las comunidades sociales, grupos étnicos o categorías de ciudadanos vulnerables. Cualquier hecho histórico que traumatice la memoria de generaciones, como, por ejemplo, el Holocausto, se refleja en la sociedad, saca a la superficie el tema del respeto, la conciencia y erradica los recuerdos dolorosos fortaleciendo los derechos y libertades democráticas.
La Fundación participa activamente en diversos eventos y trabajos de organizaciones amigas, que tienen como objetivo unir esfuerzos por un futuro común, en el que no haya lugar para la discriminación, persecución y violación de los derechos humanos. Esta organización se une con socios, amplía el espacio de los medios para difundir información sobre casos de injusticia y odio. La fundación está dirigida por la familia Reimann desde 2109, los propietarios de la empresa JAB, que están dispuestos a apoyar la fundación durante los próximos 10 años con contribuciones benéficas por valor de 250 millones de euros.
La marca rediseñada fue diseñada por agentes creativos con sede en Londres para Output. Los diseñadores hablan sobre el poder del nuevo logo, enfatizando el hecho de que querían indicar la autoridad y el estatus de la organización. Decidimos usar el monograma del nombre, a diferencia del logo anterior.
El diseño visual del antiguo consiste en transformar franjas de tonalidades violetas y rojizas en distintas direcciones, así como subrayar el nombre de la cimentación y la propia palabra “cimentación” con una línea negra. Estas líneas forman una figura dinámica visualmente de ángulo agudo de un cuadrado, dentro del cual se esconden dos rectángulos y un triángulo que se precipita hacia la izquierda. Nada insinúa democracia, resistencia o lucha.
En la nueva imagen, quisieron presentar la idea de fragilidad, la fuerza de los estereotipos, estructuras que están amenazadas, pero que se mantienen. Es como líneas delgadas y débiles que resisten poderosos golpes externos. El énfasis semántico se coloca en dos letras mayúsculas. No hay descriptores ni anotaciones. Los propios autores consideran que el enfoque del diseño es bastante provocativo y poco convencional. El significado oculto inherente, la forma hipertrofiada deliberada del logotipo refuerza el motivo de la acción, fomenta la resistencia y la lucha. En general, la nueva identidad está diseñada de tal manera que la generación joven se unirá inmediatamente al movimiento por los derechos y libertades de la democracia. Respuesta civil, fuerte posición cívica, actividad social, resistencia consciente al pensamiento estereotipado: estas son las armas contra la discriminación y el odio.
Al mirar atentamente el nuevo logo, uno se arrastra involuntariamente con la impresión de que un sujeto hace que otro se mueva o se levante. Es como una metáfora que significa indiferencia e inacción que están presentes en la vida de una persona hasta el momento en que el caos externo y los trastornos sociales comienzan a arraigarse en la vida cotidiana de los ciudadanos.