En 1998, el famoso director y productor estadounidense Jonah Disend fundó su propio estudio Complementary Colors. Con su ayuda, crea y promueve con éxito contenido que refleja muchos temas universales de la manera más inesperada. Entre los últimos trabajos, en los que la compañía participó, se encuentra Mayday de la directora y guionista Karen Cinorre. Complementary Colors está de regreso con una nueva apariencia visual hoy. La marca utiliza nuevos colores complementarios que infunden contenido con una interpretación visual de la identidad y los choques culturales.
Al mismo tiempo, la visualización actualizada abarcó no solo la dirección de entretenimiento, sino que también permitió una nueva percepción de las sensaciones que ofrece la marca, creada a nivel táctil. La paleta de colores se convirtió en la base para reflejar el alto nivel profesional del fundador, quien fue propietario y administró con éxito Redscout durante más de 18 años, definiendo un nuevo futuro para todo lo que estaba directamente relacionado con este tipo de arte: medios, tecnología, marcas. Al mismo tiempo, continuó trabajando como director. Y esta gama adicional se convirtió en un factor que unía sus dos mundos. Sobre esto se construyó una nueva identidad ilusoria sobre una base de culto. Con su ayuda, fue posible reflejar de manera efectiva la idea principal de la marca, convirtiéndose en una base sólida para la formación de una colección extensa y expresiva de todos los proyectos del fundador. El resultado fue una visualización colorida y atractiva, totalmente consistente con el nombre.
El estudio se centra en aceptar y promover ideas que a menudo son radicalmente opuestas en su esencia. Pero a pesar de la presencia de claros contrastes en ellos, el estudio encuentra en cada uno de ellos una sorprendente similitud y similitud. Para convertir esto en realidad, se tomó un enfoque único para desarrollar toda la identidad de la marca, que se basó en un sistema de color dinámico, especialmente resaltado con la ayuda de los gráficos creados de las letras «C». Están en movimiento, chocan y se superponen, formando segmentos blancos, que simbolizan los momentos de verdadera introspección que visitan a las personas creativas durante su actividad creativa. Y en cada elemento del despliegue visual de la marca se demuestra la sencillez del concepto de ejecución.
Al minimizar su propio nombre al máximo, usando solo dos letras «C», la marca no solo atrajo la atención del espectador moderno, sino que también logró transmitirle la característica principal: el entendimiento de que cualquier elemento que forma el logotipo efectivamente se complementan entre sí, y el monograma creado con una geometría ideal en colores complementarios proporciona el impacto visual deseado. El uso de ricos tonos degradados hace que el logotipo tenga una rica textura y sea especialmente atractivo cuando se usa en el espacio digital.